jueves, 23 de febrero de 2012

Hay veces que el mundo parece interponerse en tus planes y no hay manera. Laringitis, exámenes, faringitis... parece que cuanto mayor es el número de obligaciones mayores son los impedimentos que se interponen entre tú y tus metas. Directamente proporcional.

Sólo el sábado pude tener un respiro. Y qué respiro. Ni más ni menos que una breve escapada a Madrid para ver el musical de El Rey León. Teníamos las entradas desde octubre, y la verdad es que todo calificativo se queda corto para definirlo. Puro sueño.


Y paseando paseando, y mirando por las tiendas por las que inevitablemente tenía que pasar (intentar aparcar por el centro es lo que tiene) me di cuenta que El Rey León no está tan sólo en el Lope de Vega. Una pequeña muestra.